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Atletismo
Course Navette en 3 meses. Cuando el tiempo apremia
El otro día en la oficina, Edu estaba revisando los entrenamientos de un opositor a Bombero de la Generalitat de Cataluña que se presenta a la Course Navette.
Uno de los comentarios que apuntó es el siguiente:
“Estoy muy bien de zona 2, tengo una buena base”, decía.
Y era verdad… o al menos eso parecía.
Tiene tres meses por delante hasta las pruebas físicas, más o menos finales de diciembre o enero. Así que lo primero que hicimos fue lo que siempre hacemos en S4S: contrastar sensaciones con datos.
Porque una cosa son las sensaciones, y otra muy distinta lo que dicen los números.
Hicimos algunos test para comprobar realmente en qué punto estaba.
Efectivamente, su zona 2 estaba bien trabajada, podía mantenerse ahí sin problemas.
Pero el ritmo asociado a esa zona era de 7:30 el kilómetro.
Y claro, para un opositor a bombero que tiene que rendir en la Course Navette, eso no vale.
Aquí es donde empieza la parte más bonita —y más compleja— de entrenar a opositores.
En un mundo ideal, tendríamos un año entero para hacer las cosas paso a paso: construir base aeróbica, mejorar la economía de carrera, trabajar la fuerza y luego afinar la parte específica.
Pero cuando solo quedan tres meses, toca ser estratégicos.
El objetivo no es hacer lo “perfecto”, sino lo más eficiente para el tiempo que tenemos.
Y eso significa priorizar adaptaciones que tengan transferencia directa a la prueba.
A veces se subestima lo dura que es esta prueba.
No solo exige una buena base aeróbica, sino tolerancia al impacto, cambios de dirección continuos y gestión del ritmo bajo fatiga.
Por eso, aunque muchos la catalogan como una prueba de resistencia, en la práctica se comporta más como una prueba de velocidad intermitente.
Cada cambio de sentido acumula carga muscular, especialmente en cuádriceps, cadera y gemelos.
Por eso el control de cargas semanal es fundamental: si te pasas, lo pagas.
Si te quedas corto, no mejoras.
En el caso de este opositor, hemos estructurado el trabajo semanal con tres grandes bloques.
Una bloque específico de Course Navette, donde trabajamos con la propia prueba o con tramos de ella, haciendo bloques de de periodos con descansos controlados, simulando el esfuerzo real.
Una bloque metabólico, más clásica de atletismo, con series de media distancia donde tocamos ritmos de umbral y potencia aeróbica, para mejorar la capacidad de sostener ritmos altos sin acumular lactato en exceso.
Y un tercer bloque más controlado, de rodajes o trabajo de base, para mantener volumen sin sobrecargar.
La clave está en combinar estímulos potentes con una recuperación inteligente, sabiendo que la prioridad es llegar con sensaciones de competición.
A veces lo más difícil no es mejorar los números, sino enseñar al atleta a tolerar el sufrimiento que exige la prueba.
En una Course Navette no gana el que más entrena, sino el que sabe mantener la cabeza cuando el cuerpo pide parar.
Por eso, además de entrenar el físico, también entrenamos la mente: a enfrentarse a la fatiga, al pitido que marca el ritmo, a la sensación de ir justo y seguir apretando.
Ahora mismo este atleta parte de un periodo 8 y medio, y nuestro objetivo es que en tres meses alcance el 11 y medio.
No será un camino lineal, pero sí un camino planificado.
Y eso es lo que más nos gusta de entrenar opositores: no buscamos que sean atletas perfectos, sino que rindan el día que importa.
P.D: Si quieres hacerte un mejor atleta/opositor, estamos a un whatsapp de distancia ;). +34 640 119 348
