Ya ha pasado un mes desde el accidente. Han pasado tantas cosas que me sorprende que sólo haya sido un mes. Lleno de aprendizajes, experiencias y emociones que creo que me han hecho mejor atleta, profesional y persona. Aquí os dejo las que más me han marcado.
El susto inicial, rezando a todos los dioses que no sea nada grave.
El miedo al pensar que no podría entrenar para realizar todos los retos de esta temporada. Que no llegaría a tiempo.
El trabajo de autoconvicción de que no me podía venir abajo, que tenía que seguir moviéndome sea como sea.
El modificar entrenamientos y objetivos que se adaptaran a mi nueva situación y a la vez respetaran el proceso de recuperación.
Los intentos y testeos del tobillo, algunos exitosos, algunos fallidos (se me viene a la cabeza el bajón con el que me vine del gimnasio tras probarme en la cinta y ver que mi tobillo no quería dejarme correr).
El apoyo de los míos, que me han llevado, me han traído, me han aguantado y me han animado muchísimo.
El descubrimiento de un nuevo deporte para mí, la natación. Y meterme de lleno con el reto de aguas abiertas.
La alegría de compartir entrenos con Rocío. Y el no poder evitar pensar en mis entrenados al terminar hecho un trapillo tras cada entrenamiento en el agua.
La valentía de iniciar la recuperación como yo creía correcta, (basándome en lo estudiado, visto y experimentado) el usarme como “conejillo de indias” en contra de lo que me aconsejaban muchos (entre ellos mi trauma) y el miedo a cagarla por no hacerles caso.
La sensación de libertad en mi primer entreno al aire libre la semana pasada.
La sensación de triunfo de ayer tras meterme 4 horas de bici y ver que mi tobillo no se queja. Saber que sigo dentro del reto.
Saber que sigo con unas ganas locas de comerme el mundo. Y que una lesión solo condiciona la manera de que te lo puedes comer.
4 semanas… y mi tobillo recuperado.
Mil gracias por seguirme todo este tiempo.
#SigueMiEsguince
Y dejo este 1% en el aire para que no me olvide nunca de lo aprendido. De que tengo un tobillo que machaqué una vez, y tengo que mimarlo para que no se ponga en mi contra de nuevo.
